COLAPSO
CONFESIÓN, INTROSPECCIÓN Y PROPÓSITO
I.COLAPSO
Confieso que yo, a mi avanzada edad ya sé , a ciencia cierta, que la felicidad no la otorga el dinero, ni el éxito profesional, ni los viajes. Tampoco la dá la comida gourmet, ni las relaciones de pareja, ni las reuniones sociales, ni ninguna otra distracción del samsara .
Todo eso es agradable, es cierto, todo eso lo disfruté, es verdad, pero también es evidente que todo fue transitorio y nunca me llenó por completo.
Confieso que con una vida llena de distracciones jamás le dediqué el tiempo suficiente a la meditación como entrenamiento de mi mente. Entre viajes, novios, esposos, decoración de la casa, congresos y trabajo profesional muy bien remunerado se me fue la vida. Me dejé engañar por todas esas banalidades y olvidé lo más importante: tengo que domar mi mente desbocada y con tendencia a la neurosis y a la derrota.
Yo soy médica, y psiquiatra, y además homeópata. Estamos hablando de 13 años entre estudios profesionales y especializaciones. Me formé a profundidad en toda la teoría psicoanalítica y en el estudio de la mente desde la neurofisiología y la homeopatía.Confieso que con 25 años de exitoso ejercicio profesional y muchísimos años de psicoanálisis personal como paciente , al enfrentarme a las vicisitudes del samsara como los duelos múltiples,
la quiebra económica y la ausencia de solidaridad de la gente en
la que creí encontrar un refugio… COLAPSÉ !
“Todos tenemos derecho a colapsar”.. me decía un colega. Y sí, claro que sí, pero por otro lado .. no, claro que no… ¡
¿Por qué no?
II.CONFESION INSTROSPECTIVA
Porque confieso que estoy coqueteándole a la meditación desde hace más de 30 años, y nunca me la tomé en serio. Yo conozco el budismo tibetano hace 12 años y nunca me puse juiciosa en mis meditaciones.
Me parecía algo interesante, obviamente siempre he querido convertirme en un Buda para liberar a los seres porque tengo una capacidad de empatía y preocupación por los demás muy fuerte desde la infancia, siempre he sido ética y me considero buena persona, solidaria, generosa y empática. Pensé que con eso bastaba.
Y No. No basta. No basta.Ahora lo sé. A punta de palazos samsáricos y de sufrimiento insoportable lo estoy comprendiendo.
NO BASTA NI PARA PROTEGER MI MENTE NI PARA LIBERARME. TAMPOCO PARA LLEGAR A LA ILUMINACIÓN
Si quiero proteger a mi mente del sufrimiento del Samsara ,algún día ayudar a otros y dejar de sufrir, es imprescindible entrenar mi concentración para llegar a la permanencia apacible y a la visión superior.
Menos mal encontré a Gueshela y al Maestro Rabjor. Ellos ahora me han inspirado de una manera tan fuerte que por primera vez en la vida estoy juiciosa meditando a diario, siguiendo todas sus clases, leyendo sus libros y practicando el Dharma cada segundo de mi vida.
Quiero conseguir la permanencia apacible para sentir la energía benéfica empoderando mi mente y mi existencia. La ÚNICA manera de conseguirla es meditando y concentrándome cada día un segundo más, un minuto más, un paso más.
Hoy el Maestro Rabjor nos habló de los canales y los chakras y de cómo logramos que la energía se concentre en nuestro canal central para poder eliminar la pereza, las molestias físicas ,las distracciones, el sufrimiento y y los obstáculos que nos impiden sentir gozo ,felicidad y el poder de ayudar a los demás.
Vuelvo y repito, si no medito a diario para mejorar mi concentración y perfeccionarla nunca voy a llegar a la meta de adquirir este hábito virtuoso y saludable. Es lo único que puede garantizarme que pase lo que pase allá, en el afuera, mi mente va a estar centrada, feliz y pacífica.
III.PROPÓSITO Y CAMINO
¿Y en qué medito?
Así lo explicó el Maestro Rabjor:
Primero calmo mi mente por medio de 7 ciclos de respiración imaginando que exhalo los pensamientos y las preocupaciones y que inhalo la luz de la sabiduría de todos los Budas que entra en mi cuerpo y llega a mi corazón.
Después tengo que fijarme en la mente que piensa y no en los pensamientos en sí.
“No tengo dinero”. En lugar de quedarme ahí rumiando mis pesares y haciendo cuentas y sumas y restas, me hago consciente de mi pensamiento , y acto seguido , paso a investigar esta mente que está pensando en las deudas. La investigo desde mi corazón.
Me doy cuenta que mi mente tiene la capacidad de percibir el problema, y me doy cuenta que mi mente muy sutil no tiene forma ni olor ni color ni temperatura. Esa mente raíz es claridad y es vacía como el espacio. Es la base para percibir objetos y en ella puedo refugiarme para algún día conectarme con mi sabiduría esencial.
Medito en la mente raíz un minuto , cuando encuentre la claridad , permanezco otro minuto ahí, en esa claridad, sin buscar detalles. Quedándome satisfecha con eso general que encontré y lo guardo en mi corazón. Si puedo quedarme más adelante un minuto más, en algún momento la flexibilidad se presentará y sabremos que hemos abierto la puerta hacia el gozo, la sabiduría y la capacidad de realmente ayudar a los demás.
El esfuerzo debe ser relajado en la medida suficiente para no caer en el sopor ni en la exitación. Poco a poco se logra. Con entrenamiento.
Como un niño que contempla unas pinturas. No es necesario irnos a los detalles para no interferir en la concentración. Como un niño observa a nivel general unas pinturas y se queda satisfecho con eso. Primero un minuto… después otro.. y así…
Eso es todo…
Comencemos por ahí….
Con perseverancia.
Próxima clase: entrenamiento en la recta conducta que es la base para lograr la permanencia apacible. El link para inscribirnos a ella es :