¡Felices fiestas!, ¡feliz año!
Nuestro reciente post Consejos budistas para tener la fiesta en paz despertó bastante interés y dejó a muchas personas con ganas de saber más sobre el tema. Si no pudiste acudir al curso de fin de semana que abundó en esos consejos (¡o si quieres recordar algunos de ellos!), aquí tienes en este post un breve resumen.
Para empezar
Lo primero a lo que nos invitó el maestro guen Rabjor fue a preguntarnos (cada uno a sí mismo): «Qué es lo que consideras más importante en la vida. Cuáles son tus sueños, tus deseos, tus aspiraciones…»
No era para analizar cuál debe ser la respuesta correcta, sino para respondernos a nosotros mismos con sinceridad y descubrir qué es lo que estamos persiguiendo en esta vida. Qué es lo que estamos tratando de conseguir. A qué estamos dedicando nuestra energía.
«Para algunos [lo más importante] es acumular posesiones materiales, como una lujosa mansión, un coche de último modelo o un trabajo bien remunerado. Para otros es conseguir poder y una buena reputación, vivir aventuras, divertirse o ser atractivos. Muchos intentan darle sentido a su vida manteniendo relaciones con personas que son su objeto de deseo. Estas cosas pueden satisfacernos temporalmente de forma superficial, pero también nos causan numerosas preocupaciones y sufrimiento, y nunca nos aportarán la felicidad pura e imperecedera que desde lo más profundo de nuestro corazón tanto deseamos todos».
Venerable Gueshe Kelsang Gyatso Rimpoché ~ Cómo transformar tu vida

Durante las fechas navideñas a menudo oímos: «¡Felices fiestas!, ¡Feliz año nuevo!»…
¡Esto es un buen recordatorio! porque nos ayuda a recordar lo que, DE VERDAD, todo el mundo quiere y desea: ¡SER FELIZ! ¡Esta es en realidad nuestra más íntima aspiración y mayor deseo!
Siguiente paso
En su libro Cómo transformar tu vida, el venerable Gueshe Kelsang Gyatso Rimpoché dice: «La paz interior o paz mental es la fuente de toda nuestra felicidad». En otras palabras, cuando quiera que yo tenga paz mental, seré feliz naturalmente. Y si no tengo paz interior, entonces ¿qué es lo que tengo…? Pues la agitación “normal”, lo de siempre, más de lo mismo, lo que hasta ahora he estado experimentando… Si lo analizamos y contemplamos de manera cuidadosa una y otra vez, podremos averiguar hasta qué punto es esto verdad para nosotros y llegar a una conclusión personal
El maestro nos dijo que, para él efectivamente «lo que es realmente importante y necesito es paz interior. Esto es lo que nos hace sentir verdaderamente feliz».
Dedicamos un tiempo a contemplar diversos razonamientos, como el siguiente que aparece en la introducción de Cómo transformar tu vida:
«Desde los orígenes de este mundo, los seres humanos han dedicado la mayor parte de su tiempo y energía a mejorar las condiciones externas, buscando felicidad y soluciones para sus problemas. ¿Cuál ha sido el resultado? En lugar de ver cumplidos sus deseos, el sufrimiento y los problemas de los seres humanos han ido en aumento, mientras que sus experiencias de paz y felicidad han disminuido. Esto muestra con claridad que hasta ahora no hemos encontrado un método correcto para reducir los problemas y ser más felices. El método verdadero y correcto para hacerlo es cambiar nuestra actitud de negativa a positiva».
Así, después de meditar en todo ello, esa frase de “¡Felices fiestas!, ¡feliz año nuevo!”, dejó de ser una mera frase hecha y vacía, cobrando de repente un profundo sentido, hasta el punto de que, cada vez que hemos tenido la oportunidad de decirla o escucharla durante estos días, hemos podido volver a recordar y contemplar que: «Yo quiero ser feliz. Todo el mundo quiere ser feliz. Voy a generar una actitud positiva, un buen corazón. Y disfrutar de la paz interior que ello genera. Y desear que todos los demás seres también la puedan disfrutar…»
Avanzar
Durante el fin de semana también profundizamos en el modo de generar una actitud positiva que nos hace generar paz interior (¡y, por tanto, felicidad!), concretámente la del amor que estima a los demás. Pudimos comprobar en meditación, por experiencia propia, la sensación que aflora de manera natural cuando incrementamos esta actitud positiva. Comprendimos y comprobamos también el modo en que, al llevar con nosotros esta actitud, se crea y extiende armonía a nuestro alrededor.
Es importante indicar que, a la hora de meditar, utilizamos técnicas budistas para apaciguar primero la mente y liberarla –al menos en cierta medida– de las distracciones que nos roban la paz interior. Empleamos por ejemplo una sencilla meditación en la respiración o nos concentramos en el significado de la breve Oración liberadora, una apacible y bella melodía que se recita siempre en los centros de budismo kadampa de todo el mundo antes de empezar las meditaciones, enseñanzas y oraciones. Tras estas preparación, cualquiera puede llegar a sentir que su mente se torna al menos un poco más lúcida y espaciosa que antes, y más inspirada.
En la segunda parte del curso dedicamos bastante tiempo a meditar, enfocándonos en una persona específica, o un grupo de personas con quienes nos relacionamos, y contemplando cuáles son sus deseos más profundos y cómo es su situación… Entonces comprendimos el significado de las siguientes palabras extraídas del libro Budismo moderno
«…al igual que yo deseo liberarme del sufrimiento y experimentar solo felicidad, los demás seres desean exactamente lo mismo. En este sentido no soy diferente de los demás, todos somos iguales…»
Esta contemplación nos hace sentir algo cálido y agradable en el corazón, una actitud de cercanía hacia los demás, de querer hacerlos felices y liberarlos de problemas… Esta actitud es amor puro, una auténtica medicina para la mente, que inmediatamente alivia nuestras tensiones.
Nota final
Para comprobar la utilidad de estos consejos budistas en hacernos experimentar una mente feliz no es suficiente con leer todo esto. Hace falta probarlo uno mismo, comprobarlo por experiencia propia. Por eso es tan importante recibir una ayuda práctica que nos permita controlar y mejorar la mente, como la que se ofrece en los cursos, clases y talleres que realizamos en el Centro de Meditación Kadampa Mahamudra. Con esa guía directa es más fácil experimentar el «sabor» de estas mentes positivas. Igual que para conocer de verdad el sabor de un determinado chocolate, infusión o café no bastaría con leer sus buenas cualidades, sino que hemos de probarlo nosotros mismos, si queremos comprender el inmenso valor de la actitud cálida del amor, hemos de conseguir esa experiencia en nuestro corazón.
En este sentido hay una frase célebre del maestro budista Shantideva que dice:
Debemos poner en práctica las enseñanzas de Buda, el Dharma,
porque nada puede lograrse con solo leer palabras.
Un hombre enfermo nunca podrá curarse
si se limita a leer instrucciones médicas.

A partir de entonces, sabremos por experiencia propia a qué sabe verdaderamente el deseo «¡Felices fiestas!, ¡feliz año nuevo!»
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