Las profundidades de la mente
Muchas veces nos apuntamos a estos cursos de meditación sin saber muy bien lo que buscamos: estar tranquilos, relajarnos… buscando algún tipo de experiencia mística, tal vez… Lo que no sabemos es lo que realmente nos podemos llegar a encontrar.
Durante toda la semana nos hemos esforzado en descubrir y conocer la naturaleza de la mente. Pero ¿qué es la mente? ¿realmente sabemos qué es? Cuando pensamos en la imagen que tenemos de eso que llamamos mente se nos vienen a la cabeza muchas cosas. Por lo general, y al menos, lo relacionamos con esa parte de nosotros que piensa, que, de hecho, no deja de pensar.
Y por todo ese ruido mental que nos acompaña día y noche como el rumrum de un motor que no cesa, tal vez nos acercamos a estos espacios buscando la quietud que dentro no encontramos.
Me ha sorprendido comprobar como, con meditaciones muy sencillas y visualizaciones muy bien guiadas, no resultaba tan complicado conocer algo más de qué es la mente, y cómo empezar a controlarla.
Todos los maestros del centro se han puesto manos a la obra en la tarea, y ha sido realmente fácil ir de la mano de ellos, de tal forma que, casi sin darnos cuenta, estábamos adentrándonos en meditaciones cada vez más profundas y sin embargo muy fáciles de practicar.
El taller del sábado pasado, Viaje al Corazón, nos introducía en las técnicas del Mahamudra y nos acercaba a la mente raíz. Para mi, sinceramente, todo eso me queda muy lejos. Pero me ha sido muy grato comprobar como cada día, paso a paso, avanzaba un poquito más.
Y si querías bucear aún más en la mente podías unirte al retiro Escapada de Paz , en el Centro de Retiros del KMC Sevilla, que en esta ocasión dirigía Rachel Quinn, que seguía la misma temática. Yo tuve la fortuna de asistir a algunas sesiones.
Como dice el Venerable Gueshe Kelsang Gyatso en muchos de sus libros:
Todos tenemos mente y decimos: “mi mente”… “mi mente”, pero… ¿sabemos en realidad qué es?
Lo que me ha parecido descubrir con la meditación Kadampa es que vivimos, la mayor parte del tiempo, en la superficie de la mente, totalmente desconectados de su naturaleza verdadera y de su profundidad. Todos los pensamientos que tenemos, como distracciones, preocupaciones, perturbaciones mentales, o incluso las sensaciones que experimentamos en contacto con el mundo exterior, son mentes temporales y muy inestables, que continuamente nos agitan y zozobran como una balsa a la deriva. Estas mentes aparecen en los niveles más superficiales, lo que se conoce como mentes burdas. Y nos pasamos la mayor parte del tiempo enredados entre ellas.
En cambio, existen niveles de la mente más profundos y sutiles con los que podemos ir conectando progresivamente a lo largo de nuestro desarrollo espiritual y con la práctica de la meditación. Y en estos espacios cada vez más profundos ese rumrum de la mente se va aquietando, llegando a espacios cada vez más más calmados y más claros.
Disfrutar de claridad mental mediante la meditación en la propia mente, nos permite comprobar por propia experiencia nuestro potencial para gozar de paz interior. Aunque aún, no sepamos disfrutar de ella por completo.
En el curso del sábado, Viaje al corazón, el subtitulo del curso rezaba: Con meditaciones basadas en el Mahamudra.
¿Pero qué es eso del Mahamudra? El Mahamudra es una guía que proviene de un linaje ancestral puro; unas enseñanzas trasmitidas de maestros realizados a discípulos, que necesitan a su vez tener una experiencia propia de lo aprendido para considerar que el linaje sigue vivo.
Yo aún lo desconozco. Yo aún no puedo expresar qué es todo aquello que significa el linaje del Mahamudra y todas las excelencias de su técnica. Pero me alegro mucho de poder expresar que en esta semana he podido probar algo de su miel en mis labios de meditador nobel.
El Mahamudra nos indica con precisión el camino a seguir para despertar ese potencial de paz en nosotros, algo que podemos conseguir únicamente por tener la buena fortuna de haber nacido en un cuerpo humano y haber dado con estas enseñanzas.
Cuando uno se apunta a estos cursos, no se imagina ni por un momento que vaya a encontrar un camino tan puro de paz.
Buda dijo: Si realizas tu propia mente te convertirás en un Buda. No busques la budeidad en ningún otro lugar.
Aún puedes unirte a este Nuevo Reto en el que esta vez, nos adentraremos en la naturaleza del corazón